Conóceme
María Fernanda Araya

Soy María Fernanda Araya, Psicóloga Clínica de la Universidad de Chile. Cuento con más 15 años de experiencia en el trabajo terapéutico, posteriormente especializada como terapeuta familiar y de parejas en el Instituto Chileno de Terapia Familiar, donde actualmente participo como miembro titular. Mi trabajo consiste en acompañar y promover el proceso de transformación relacional de las personas, potenciando la creación de vínculos de apego seguro, donde prime el encuentro desde el amor y el reconocimiento del sentir de cada individuo.
Soy amante de la naturaleza: cultivo un jardín comestible y me apasiona la
fotografía de flores silvestres. También, he convertido mi gusto por el cine en una interesante herramienta terapéutica, facilitando que a través de esta, se logre explorar el abanico de emociones y reflexiones de la vida.
La danza y el movimiento libre también ocupan un lugar especial en mi vida. Los considero una verdadera medicina, tanto para el cuerpo como para la mente. Estos me brindan considerables beneficios físicos, habilitando un espacio de meditación y conexión espiritual cotidiano.
Actualmente, me encuentro en proceso de formación como facilitadora de Biodanza, con el fin de incorporar a mis herramientas de intervención terapéutica, el estudio del encuentro humano, con énfasis en la sensibilidad y el movimiento como elementos catalizadores de los vínculos. Este espacio me permite explorar en profundidad, la importancia de la conexión emocional y la expresión corporal en el bienestar psicológico.
Soy madre de un niño de 5 años y estuve casada durante 15 con su padre, con el cual mantenemos una crianza en equipo y continuamos siendo compañeros fraternos en nuestro rol de padres. La experiencia de separación en mi vida, fue desafiante y dolorosa, y sin embargo, estoy agradecida de todo lo que me ha permitido aprender. Ya que, no solo
me ha permitido adquirir una mayor comprensión de mis propios patrones vinculares y la historia transgeneracional que llevo conmigo, sino que también he ganado perspectiva y madurez profesional para ayudar a otras familias, parejas e individuos que están atravesando procesos dolorosos y que desean preservar el respeto en sus vínculos familiares.
Es mi compromiso vocacional, el acompañar a otros en este viaje de
autodescubrimiento y sanación. Considero que cada experiencia personal es única y que conlleva una potencial oportunidad para el crecimiento y la transformación.ellentesque lacus vivamus gravida tortor in malesuada tortor vulputate non.

Concibo el proceso terapéutico como un trabajo que promueve la homeostasis del individuo, es decir, la recuperación del equilibrio interno, así como una mayor y mejor vinculación sensible con el entorno y sus vínculos significativos.
